Cómic (y novela) recomendados de la semana: KANIKOSEN
Esta semana os recomiendo la misma obra, en dos formatos: la novela original de Takiji Kobayashi y la adaptación en cómic de Go Fujio.
Kanikosen (cómic)
Autores: Takiji Kobayashi; Go Fujio Editorial: Gallo Nero Precio: 19,00 € COMPRAR
Tomo tapa blanda con solapas, 17×23 cm., 180 pag., B/N
Hakuko Maru es el nombre del pesquero que surca las gélidas y peligrosas aguas de la península rusa de Kamchatka, seguido siempre de cerca por una escolta de la Armada Japonesa. A bordo viajan los encargados de capturar y enlatar cangrejos, trabajadores desesperados y explotados hasta límites insospechables por un cruel patrón.
Kanikosen (literalmente, El cangrejero) es la adaptación al manga de la novela proletaria escrita por Takiji Kobayashi en 1929, relato de una rebelión a bordo que representa la más explícita aportación japonesa a la crítica del capitalismo. Kobayashi pagó cara su denuncia: en 1933 fue torturado hasta morir por la policía secreta, cuando solo tenía 29 años.
Takiji Kobayashi nace en 1903 en Odate, Akita, y crece en Otaru, Hokkaido. Después de graduarse en la Facultad Comercial de Estudios Superiores, trabaja en la oficina del banco Hokkaido Takushoku. En 1931 se une al Partido Comunista de Japón y dos años después, en 1933, muere a causa de las torturas infligidas por el Tokko, la rama de la policía imperial japonesa dedicada a investigar los grupos e ideologías políticas que pudieran suponer una amenaza para el orden público.
Publicada en 1929, Kanikosen es su obra más célebre, la novela que le consagra como el gran escritor proletario japonés.
Libro tapa blanda con solapas, 14×21 cm., 150 pag. Novela.
”Vamos hacia el infierno”: esta lúcida frase es el punto de arranque de una pesadilla real. Kanikosen es la crónica de la brutalidad del capital contra los trabajadores, o de la angustiosa travesía de un buque factoría en las gélidas aguas de Kamchatka.
Los obreros y pescadores viven y trabajan como autómatas y en peores condiciones que si fueran animales. Sin descanso, faenan en las peligrosas aguas de Kamchatka, enlatando los cangrejos para empresarios que viven cómodamente a millas de ahí. La tripulación no tiene identidad: los hombres no son más que cuerpos sin nombre ni dignidad, obligados a rendir hasta la extenuación, vejados y presionados para conseguir la producción deseada, y el enriquecimiento de unos pocos. Sin apenas dormir, maltratados sistemáticamente y torturados con crueldad despiadada, aún enfermos, los pescadores malviven como fantasmas. Paulatinamente y casi sin darse cuenta, la injusticia de su situación, el descontento y la puesta en común de sus terribles experiencias (que son las mismas en toda la clase proletaria de Japón) les conducirán a una sorda revolución.
El poder tiránico del patrón del buque, escoltado por un destructor de la armada japonesa, comienza a ser cuestionado. En ese momento, un grupo de pescadores que ha naufragado entra en contacto con unos marineros rusos. Con ellos descubren que otro mundo debe ser posible, gracias a la reivindicación de sus derechos como trabajadores. De vuelta al barco, los pescadores han hecho suyo el espíritu de protesta que hasta ahora la autoridad había sofocado.